La inmundicia sexuada de Bukowski usa el arte para
ilustrar hilarantes modismos tras encontrar en la experiencia juerguista
la instancia literaria sin claudicar ante nada. Los relatos sucios,
fundamentados por una idea de realidad que saca los dientes a toda parsimonia
moral, vio en este poeta que escribía prosa el baladí de un descubrimiento
progresivo que se distanciaba cada vez más de las ataduras convencionales.
Es bien sabido que Bukowski fue educado con
severidad por un padre que podía ponerse muy violento y como él mismo contó
muchas veces le propinaba tundas cada semana. Así creció y cuando se hizo
adolescente la cosa no mejoro. Los estragos cutáneos lo dejaban mal parado.
Entrará a estudiar a la universidad la carrera de periodismo pero la dejará al
sentirse ajeno a lo que allí sucedía. Se pone a viajar por toda Norteamérica en
busca de algo que le contentara y en especial que lo hiciera sentir que podía ser
bueno en algo. Trabajara en correos y aunque lo odiará será un empleo que le
brinde un poco de estabilidad a su ajetreada vida. Ya fincado en Los Ángeles,
se pondrá a escribir poemas, los enviará a cuanta editorial conozca y cada uno
se lo irá rechazando. Afortunadamente encontrara un nicho dentro de un
periódico que se distribuye de manera clandestina, le dejarán escribir una
columna y así, de a poco, ganará cierta fama, si es que puede llamársele de
esta manera, entre los lectores de publicaciones de tan poca tirada. Ya, mucho
después le llegará la fama.
Como tal, Bukowski fue un poeta que escribió prosa. Tuvo
un estilo bastante directo para contar sus problemas. A mí me gustan más las
historias donde todavía no ha alcanzado el éxito, se me hacen muy entretenidas.
Y, en una ciudad como Los Ángeles de aquella época, el glamour hippie de sus
historias suele llegar directo, en párrafos cortos, frases contundentes.
De ningún otro autor he leído más libros, llegó un
momento en el que me aficioné a Bukowski. Hasta el momento cuento con siete.
Leerlo es adictivo. Entretiene, e incluso, llega a conmover. También
consigue mostrar aspectos sexuales que te colocan en una vertiente peligrosa.
Me gustan más sus libros donde se juntan varios relatos. La verdad es que en
casi todos podemos encontrar a Henry haciendo de las suyas. En este caso, y
dado que reseñar un libro de Bukowski puede bastar para hablar de toda su obra
pues, siendo básicamente lo mismo, uno llega a sentir que no hay sorpresas pero
tampoco decepciones, sabes lo que vas a encontrar y es sobradamente entretenido
para seguir buscando más.
Ahora bien, elegí hablar sobre este porque consta de los
relatos que escribía en Open City (1967-1969) en la columna Escritos de un
viejo indecente, tal y como se titula este libro, con ellos ganó popularidad.
Aquí, creo, he encontrado los mejores relatos de
Bukowski, diría que este y el de Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones sería
el otro, los demás me parecieron menos intensos. Cerveza, sexo, problemas
de dinero, de eso se trata. Escritos de un viejo indecente puso
a Bukowski en el mapa literario y a partir de ahí, los siguientes fueron libros
que se alimentaban de lo que hizo en Open City.
Escritos de un viejo indecente
|
Valoración/
Puntaje
|
Estilo/recursos
literarios
|
8
|
Argumento/
Inicio
|
9
|
Desarrollo
|
8
|
Desenlace
|
8
|
Puntuación
total
|
8.25
|
Clasificación
|
Inolvidable
|
Pésimo
|
Apenas
publicable
|
Recomendable
|
Inolvidable
|
Indispensable
|
5 a 6
|
6.1 a7
|
7.1
a 8
|
8.1
a 9
|
9.1
a 10
|
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