Papa Goriot- Honore Balzac





Quisiera dar inicio a esta entrada,  con una pequeña semblanza sobre la vida de Balzac, algunos aspectos que considero relevantes para entender quizá sus obras.  
Honoré de Balzac nació en Tours de 1799, hijo de un hombre bastante adulto pues pasaba ya de los cincuenta años, quien además estaba situado en el seno de la burguesía provinciana, su madre, una joven de veintiún años tuvo dos hijas más y un varón a quien se le atribuyó la paternidad al dueño del castillo de Saché. La preferencia de la madre por este segundo varón fue en cierta medida trascendente, nunca vivió o tuvo la oportunidad de convivir con su hermano, fueron educados por separado, de tal forma que el comportamiento tan duro por parte de la madre hacia el novelista duró hasta su muerte.
Cuando acabó sus estudios secundarios comenzó a trabajar en un bufete de abogados y más tarde con un notario. De esta experiencia están inspirados algunos personajes en La  comedia humana, notarios, pasantes clientes, en fin el mundo judicial del que se vale en algunas de sus obras. Pese a sus estudios en derecho y estar introducido en ese mundo, en 1819 Balzac decidió alquilar una buhardilla parisina para probar suerte en el mundo teatral. Se desenvuelve en una intensa vida social y periodística, conoce a la condesa polaca Ève Hanska y fracasa nuevamente en 1826 pero ahora en un intento por convertirse en impresor.   
Por un tiempo hace varios viajes en Europa y aprovecha este tiempo para escribir, se despierta en él la idea del matrimonio y busca concretarla con la condesa Hanska pero esta no se realizaría sino hasta 1850 debido entre muchas otras cosas a los procesos revolucionarios que suceden en Ucrania mientras él está ahí y donde reside la condesa, además de aplazar sus planes literarios.
Enfermo, deprimido y desanimado vivirá hasta finales del 48 en Ucrania y al año siguiente sufre una hipertrofia del corazón que le impide trabajar. Al fin logra casarse el 14 de marzo, sin embargo su enfermedad se agrava y muere el 18 de agosto.
Cuenta Stefan Zweig que Víctor Hugo, ya muy anciano pasó aquella mañana por casa del novelista; los criados le llevaron hasta el cuarto donde el cuerpo de Balzac yacía aún con los ojos abiertos y al preguntar por la esposa, los criados mediante gestos bastante claros, señalaron la puerta del cuarto de al lado, donde la mujer con la que Balzac se había casado, tras años de ruegos y pago de deudas a la aristocracia, había pasado la noche en compañía de su amante. Se cumplía así en carne propia, una de las características más subrayadas en La comedia humana donde la esencia del ser humano raya en lo peor y en lo mejor, sube hasta las alturas sublimes, tal es el caso de Papá Goriot.
Esta novela, Papá Goriot, deja al descubierto las relaciones artificiales de París de 1819. Cuando digo artificiales, me refiero a los verdaderos intereses que hacían funcional a la sociedad. A lo largo de la novela se va desentrañando ese elitismo vulgar que impera en todos los niveles sociales, desde la alta aristocracia hasta la clase más baja y pobre que no por eso deja de ser infame.
Balzac nos pone como escenario principal una posada ubicada en la calle Nueva Genoveva en París, conocida como la zona pobre parisiense. Su fachada es de un inmueble bastante viejo en el cual se puede ver la pintura carcomida por la humedad y de la que se alcanzan a percibir olores no muy agradables, es administrada por una viuda, la señora Vauquer. El aspecto de la calle en general es sombrío, triste, se puede percibir en instantes la miseria.  En esta posada se alojan dieciocho personas, mismas que están acomodadas de acuerdo a su posición o poder adquisitivo, decir esto resulta un tanto irrisorio puesto que a los ojos de la aristocracia todos los habitantes de la calle Nueva Genoveva se encuentran en el mismo nivel. La organización al interior de la posada es así, los que se encuentran en mejores condiciones duermen en las habitaciones de los primeros pisos, cuentan con camas y sábanas de mediana calidad, mientras que aquellos que su condición no era tan favorable, aquellos que apenas solventaban los gastos de renta ocupaban las habitaciones del piso último, son las peores en todos sentidos, su aspecto es completamente deprimente, no hay camas solo catres, el papel tapiz deshecho y el moho debido a la humedad prolifera.    
Dentro de los personajes que viven en la posada se encuentra una solterona la cual ha sido cobijada por la señora Couture viuda de un comisario,  su vida es muy desgraciada, a la muerte de su madre quedó sola, y aunque la señora Couture ha sido su compañía y su familia por tanto tiempo el sentimiento que le provoca el rechazo de su padre quien deambula en el mundo galante de la Francia de aquella época, la llena de una profunda tristeza, por otro lado esta Vautrin, un supuesto negociante de unos cuarenta años, su personalidad es la de un hombre arrogante y altanero sin embargo era considerado por las mujeres de la posada como un hombre respetable y honrado. También eran huéspedes un estudiante de medicina y otro de derecho, Rastignac, a quien su familia le mandaba con arduo trabajo apenas lo suficiente para sobrevivir en la ciudad, sus zapatos viejos y la ropa percudida le daba una apariencia de joven descuidado aunque en realidad solo era la falta de recursos ajuarearse de vestimentas; por otra parte está el señor Goriot o mejor conocido como papá Goriot, un antiguo comerciante de pastas. Se le conoce por su carácter tosco, frío y misterioso, su posición dentro de la posada fue cambiando gradualmente, comenzó en los primeros pisos para tiempo después quedar en una habitación del último piso donde no había mueble alguno, todo lo que poseía eran  algunos objetos de plata, dormía en un catre, retazos de ropa vieja cosidos fungían como sábanas.   
Las relaciones que se dan al interior de la posada son de un matiz falso y carente absoluto de afecto alguno. En una primer mirada, las reuniones a la hora de los alimentos pudieran parecer tan típicas como en cualquier familia, no obstante los hilos conductores de las conversaciones giraban en torno a intrigas y chismes, nadie en realidad se preocupa por saber más del otro y mucho menos le interesaba, quizá la situación en la que vivían les orillaba a desconfiar. Eran muy distantes y fríos en el trato, era muy común que las burlas fueran dirigidas a papá Goriot por ser el más serio y siempre manteniendo distancia. Estas burlas, dimes y diretes a los cuales era sometido sin mostrar mayor importancia, incrementaban con la especulación sobre su vida personal, de la cual todos en la posada opinaban y creían saber algo al respecto.  
Se desató un arsenal de realidades respecto a la vida amorosa de Goriot debido a unas visitas misteriosas por parte de dos mujeres de ostentosa belleza y clase, ambas reconocidas en la aristocracia de aquella ciudad, París. Como era de esperarse, las habladurías estuvieron a la orden del día, mientras unos alegaban la desfachatez de Goriot por darse el lujo de relacionarse con mujeres de ese tipo, otros le apostaban a que era un amante del juego al tiempo que lo criticaban. Pese a esto y a ciertas peticiones por parte de algunos huéspedes a la señora Vauquer pidiendo el desalojo de Goriot alegando ser una persona desagradable, él no se preocupaba por salir, la necesidad y de cierta manera la comodidad es lo que le obligaba a permanecer ahí.        
Analizando un poco la situación y el contexto en el que se desenvuelve la historia puede entenderse el porqué de tanta especulación. Era una época donde lo que realmente importaba era la posición que se ocupaba en la sociedad,  se hacía de todo con tal de formar parte de una "buena" familia. Los matrimonios,  si no es que todos, por lo menos la gran mayoría eran por conveniencia, se pagaba o se empeñaban bienes, más que el interés de formar una familia era el destacar, por esta razón es que muchas familias estaban desintegradas, el marido se buscaba amantes al igual que la mujer, los hijos en ocasiones eran usados como moneda de cambio para conseguir sus fines, los lazos de sangre o afecto carecen de sentido alguno, el poder, lo material, el ser más que los demás es lo que regía y mantenía a la sociedad parisiense. Bullía el afán de los desposeídos en vías de reconocimiento, era una sociedad enmascarada altamente deshumanizada.
En la novela está perfectamente reflejado esta parte con las hijas malagradecidas del señor Goriot quien cuanto tuvo lo dio, lo vendió, incluso accedió vivir en las sombras para no molestar a sus hijas quienes se casaron con hombres de familias bien posicionadas. Hizo de todo impulsado por la creencia de que sus hijas reconocerían en algún momento su esfuerzo y sacrificio y se vería recompensado, viviría bien igual que ellas, y que el amor  tan grande  que les profesaba crecería día a día de forma recíproca pero no fue así. Mientras él vivía de forma austera en una posada, ellas disfrutaban del trabajo de toda una vida de su padre viviendo por completo la vida de la aristocracia parisina con todo lo que ello implica, los lujos y comodidades, por lo menos en un principio, las traiciones y posteriormente las carencias, consecuencia de los acuerdos y negocio premaritales.
Este abandono por parte de sus hijas dejaba una sensación de completo vacío para Goriot, una sensación de la nada absoluta, encontrarse en un lugar completamente desagradable, rodeado de personas insoportables por las cuales no sentía afecto de ningún tipo, era devastador y al mismo tiempo desmoralizante.
Esta situación tuvo un giro sorpresa, después de que el joven Restignac conociera a una de las hijas de papá Goriot, se enteró cual era la situación real por la que pasaba, desde entonces cambió la forma de dirigirse hacia él, le daba pena su situación y conmovido fue convirtiéndose poco a poco en su confidente, amigo e hijo. Cierto es que había un interés por parte del joven Restignac hacia una de las hijas de Goriot, la señora Nucingen del que por supuesto papá Goriot estaba enterado. Tanto  el joven estudiante como Goriot aprovecharon esta relación en la que por un lado Goriot podía obtener información directa de todo cuanto hacían sus hijas y por otro Restignac había encontrado en él un apoyo y compañía de padre del cual al encontrarse lejos de su familia había carecido.
Vautrin de personalidad pedante, al enterarse de este hecho adoptó una actitud provocadora hacia el joven estudiante. Su papel en la historia más allá de ser la piedrita en el zapato para muchos de los huéspedes fue, la persona que jugó el papel de maestro, por llamarlo de algún modo, del estudiante en cuanto a las reglas de convivencia en la sociedad, pues no fue sino hasta que ambos conversaron que el joven supo cual era la forma de poder llegar a ser parte de esa clase tan respetada. Se vió envuelto en un debate entre la ambición por la fortuna y el mantener las virtudes que le hacían tan grande, él gozaba de un humanismo que nadie más tenía, si bien es cierto que le interesaba mejorar su condición económica y la de su familia, también es cierto que era noble de corazón, lo que vio y descubrió de la sociedad tan cruel, nunca permitió que la ambición lo consumiera, se mantuvo fiel a sus sentimientos y supo manejar ambos intereses tan diametralmente opuestos en equilibrio.
Al final de la historia, el pobre papá Goriot muere en la completa miseria, en el abandono total de sus hijas, lo dio todo por aquello que consideraba su todo y termino sin nada, los únicos que estuvieron en pie en su lecho de muerte fueron los dos estudiantes quienes en la medida de sus posibilidades pudieron darle un entierro decente.    
En general lo que se puede ver en esta novela de Balzac, es un ambiente muy frío, las relaciones basadas en lo material, en el poder del objeto creaban una sensación de soledad inmensa, todas esas posesiones, los lujos, placeres, al final del día lo único que dejaban era un vacío que era  llenado solamente por la infelicidad producto de las apariencias.
Tanto en las altas esferas como en las bajas de la sociedad, el pan de cada día era la hipocresía, la envidia y el afán de querer siempre más sin importar lo que se tenga que sacrificar, que en muchos casos resultaba ser la familia, esta se convertía en negocio, se lucraba con los sentimientos, se traficaba con la desgracia ajena.
Vivían una realidad meramente fantasiosa, a fin de cuentas los casados se detestaban los ricos en realidad eran pobres, los pobres que vivían al día se creían intocables y era toda una mezcolanza de realidades. Es increíble cómo en medio de toda esta mentira de la cual todos y cada uno conocían, las clases estaban perfectamente marcadas. Estaba prohibido la entrada de los de clase baja a las casas de la aristocracia, y por supuesto era muy mal visto que estos personajes tan destacados se les viera por los barrios pobres. Debían cuidar mucho su apariencia, si había algún conflicto de tipo económico lo importante era por todos los medios posibles evitar se supiera, de esta forma se endeudaban para pagar sus deudas y se convertía esto en un círculo vicioso.
En el momento en que las mujeres lograban desposarse con algún hombre de familia acomodada, inmediatamente pasaba a ser su propiedad, la familia quedaba en segundo hasta tercer plano sin importar si el marido no la quería, el mantrimonio no era otra cosa mas que un vil negocio en el que simplemente se hacía la voluntad de quien poseía más bienes, dinero o tierras.
Esta sociedad que describe Balzac es la de hombres perfectamente imperfectos. Ricos y pobres, eran igual de hipócritas ante los demás y para con los suyos. Miserable por donde se le vea. Podían tener infinidad de bienes pero la miseria les corría por la sangre. Igual los pobres, solo que estos en ocasiones eran aún más duros con sus iguales. Arriba y abajo eran avaros y traicioneros por igual. Esta sociedad se podría resumir en una oración, el hombre honrado era el enemigo común. 
En suma, esta sociedad parisina era caracterizada por la ostentosidad en los bailes, la pulcritud de una aristocracia que al igual que la clase baja por ascender, luchaba por mantenerse. 
Era una sociedad engalanada con guantes de seda y terciopelo, a mi parecer igualmente falsos que sus relaciones afectivas, totalmente deshumanizado el trato es aquel en que se desprecia a alguien por no ser poseedor de algo, desde la Francia de aquel entonces hasta el México actual, la influencia que llega a tener el objeto sobre la actitud e ideología de las personas es preponderante. Me pregunto quién en esta batalla social entre ricos y pobres, poseedores y desposeídos, quién realmente es el pobre, el miserable, o es que ambos independientemente de su estatus rayan en esta línea. Por un lado el rico puede tener todo cuanto quiera, darse lujos en todos aspectos pero es esto lo que lo hace ser alguien, es esta riqueza la que permite una vida serena, a mi parecer, de acuerdo a lo leído en la novela la cual fue el reflejo de una realidad vivida hace muchos años y de acuerdo a mi realidad mexicana lo considero totalmente erróneo, llevo esta reflexión a nivel muy personal, pues para mi el poseer ciertamente da satisfacción pero es una satisfacción momentánea no tiene mayor trascendencia, tal como se vio en la novela, fue una satisfacción fugaz que al final no sirvió de nada, se vivía realmente desgraciado, la presión por cuidar las apariencias, vivir con alguien a quien no se le tiene aprecio y que además se le puede hacer a uno aberrante es sumamente desgastante, el precio de brillar es la felicidad. Pero también por otra parte está el pobre, esos personajes, familias que viven al día, en los mejores casos con apenas lo necesario para sobrevivir, la necesidad los obliga a segmentarse y los más fuertes mantienen su cariño a distancia, se pone en juego la lealtad y los valores, la lejanía tiene sus mañas y es capaz de transformar, para bien o para mal a una persona; además de esta presión por sobrevivir se le suma también la ambición o el deseo de superarse, en muchos casos se someten al trabajo esclavizante, el mantener la idea de llegar a formar parte de una élite que jamás los dejará entrar puede ser enfermiza.
Comparo esta novela con La situación de la clase obrera  en Inglaterra  de Engels y puedo notar algunas diferencias, primero Engels retrata perfectamente a detalle la situación del trabajador, sus condiciones de vida, costumbres, la llegada de los irlandeses, la competencia por el trabajo, hace una descripción de esta época de manera excepcional, incluso llegué a percibir la prosa que maneja bastante fluida que bien podría pasar por una novela. Es el primer libro que he leído de Engels y me fascinó, es muy descriptivo, ligero y proporciona muchos datos que llevan a un ejercicio imaginativo sobre la época maravilloso. Por otra parte Balzac en la novela lo siento poco profundo, no aborda de lleno estos aspectos que me hicieron considerar genial el libro de Engels, considero que al ser una novela podía desbordar más sobre las condiciones de vida, ambientar más la historia que hiciera sentir esa miseria que se supone plasma en su obra, no obstante lo que alcanzo a percibir entre una y otra situación, Francia e Inglaterra, de acuerdo a estos dos autores, es que en Francia si bien vivían apartados la aristocracia del proletariado o la clase baja mejor dicho, existía aunque mínima,  la posibilidad de que en algún punto ascendieran hasta llegar a una de esas familia famosas, mientras que en Inglaterra esto no era posible, la pobreza era más cruda, sus condiciones de vida eran aún más deplorables, pero en ambos casos sin duda se vivía una situación desmoralizante capaz de aflorar los instintos más bajos del ser humano.   


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