Fruta verde — Enrique Serna






Hundirse o no en las pasiones, el quebrantar la moral quizás puede hacernos personas anormales cosidas al bolsillo de la sociedad eso nos obliga a mirarnos tal cual somos o por otro lado, quizás todos hacemos caso omiso de quienes somos en realidad con tal de no trastornar al clima de tranquilidad por el hecho de que creemos la misma sociedad vigila escrupulosamente nuestro comportamiento, podría ser entre otras muchas las cuestiones entre líneas al leer estas historias entrelazadas de Germán, Mauro y la señora Paula.
La empecinada señora Paula  no puede distenderse de su yugo implacable moralista, se aferró con tal de  poderse erigir en una terraza de cristal en donde creía era su lugar, es de ahí que me trae a cuestionarme cuantas veces habré podido leer en mi vida tantas historias no escritas, que bien podrían suceder si no me ataviaban las consecuencias de mis actos.
Enrique Serna debe de haberse inspirado en el libro de  El beso de la mujer araña, la historia tiene de alguna forma personajes centrales parecidos a Valentin y Molina, es decir, un hombre afeminado que busca corromper a un heterosexual.
Finales que no llegan nunca a empezar.  La señora Paula que por abstenerse a aprovechar una oportunidad, que le daba la vida en un momento en el cual un acto de amor le serviría para retomar su alicaída existencia, que ella misma había mantenido semidormida con tal de no mal influenciar la vida de sus hijos ni de abrir la caja de pandora en su mundo. Decir que existe algo que nunca haría y que la tentación sea una bola de nieve convertida en una gran culpa cuando ni siquiera realizas ese acto que tanto te atormenta es aún  mil veces peor al no ver la falta que le hace a una vida el pecado y ya es demasiado tarde para cumplirlo.
A todos nos sorprende pensar en cuantas dudas y conflictos internos nos impiden satisfacer necesidades internalizadas, obtener lo que más queremos, seguramente la mayoría podemos si no cumplirlas en su totalidad si construir un camino que nos dirija a una realidad donde tengamos y seamos algo muy cercano a lo que queremos tener de los demás y de nosotros mismos, sí nos despojamos de ataduras para así poder afrontar cualquier situación con valor, con entusiasmo, sin miedo a lo que dirán.
La señora Paula en su papel que asume de víctima, de persona traicionada la cual se aferra a su rencor, esperando que todos se comporten tan inhibidos como ella, en ese afán por desear ser el soporte de una familia, hay verdades en sus mentiras, es cierto que fue traicionada pues ella será como sea pero es mujer que asume sus convicciones, vela por el bienestar de  las personas cercanas, su visión de la familia es  por mucho  el yunque que soporta a la sociedad y de ahí concibe respetar ante todo y contra todo el núcleo familiar. Por eso el que Luis Mario le haya dejado, sea una ofensa que no puede perdonar es así que funda sus fuerzas en el odio y rencor a ese episodio. Todos anticipamos lo difícil que es lidiar con una traición, lo que le sucedió a ella es que se llevo hasta la muerte ese rencor, no hizo nada para sanar esa herida, como mujer educada en un contexto donde cualquier aventura amorosa fuera del matrimonio le convierte en una puta, y ser puta en su visión era algo horrible, nefasto, entonces se mentía a ella misma al decir que no era algo bueno para su vida el envolverse en un amorío con alguien que no le prometía llevarla a ninguna dirección de confort social, ya que el joven Varguitas representaba para ella un calor marginal , una pasión desembocadura de un guion que le asustaba vivir, no pudo irse a hundir a ese abismo, no quiso probar lo que pudo ser un reinicio de su vida.
¿Existen normas para la sexualidad? El joven Germán, una persona que podría rehusarse a cualquier situación que no le pareciera tentadora si no encontrara un alivio a su búsqueda de florecimiento intelectual, al parecer la influencia de Mauro lo hará probar aquel gusano, uno que no hubiese deseado, pero ante la insistencia, el astuto de Mauro consigue morar en su mente para poseer su cuerpo.
Después de vivir ese sentir propio de una víctima en el amor, de enfadarse, Germán, al contrario de su madre, asumirá distinto cualquier tentación que por los azares del destino se le presenta, así este Mauro, alguien con vasta presencia social, conocimientos literarios, que inmerso en el mundo del teatro posee un poder de convencimiento y de astuta iniciativa,  aparece en su vida. Veo en el personaje de Germán  a esa persona que lamenta conocer a la persona ideal con la cual puede compartir pensamientos, ideologías, y que además le enseña mucho de lo que le interesa aprender, pero esta persona es un hombre gay, lo cual le hace plantearse cuán importante es el  cuerpo de la persona o si el espíritu que habita en él,  es suficiente para enamorarse.
Sabe bien Mauro que sus gustos por los hombres que no presentan tendencias homosexuales implica dificultades, pero al final de cuentas  son los que más le atraen, son su mayor excitación, aunque ha tenido muchos amoríos y encuentros sexuales pocas veces ha tenido una relación estable con alguien debido a que esto implica sostenerla oculta además de soportar las ataduras que tiene la otra persona con el exterior.
Me parece Mauro un personaje muy común en el mundo gay,  es un hombre que tiene facilidad de palabra y es muy promiscuo, no tiene por qué inhibirse y al contrario, le agrada exhibirse, lo hace con gusto, se siente cómodo con su forma de ser. Tiene talento para las artes escénicas, sueña con vivir de eso y tener un reconocimiento remunerado, ya que no le importa vender su trabajo aunque se devalué el mérito artístico. La relación que provoca con Germán la veo muy forzada, de tanto insistir, de conocer a su presa logra como buen experto cazador que esta caiga en sus brazos, nunca busca ser su amigo sin una connotación sexual, aunque después termina siéndolo pero no sin antes haber tenido un romance de dos años.
Los romances prohibidos incitan a desearlos más, es una de las premisas que  entre líneas veo en la novela, aunque no se lleva a pleno esta idea, no resultó en una relación pasional la que tuvo Germán con Mauro, fue algo desabrida  ya que fue más un intercambio de Germán que llegado un momento no le molesto entregarle su cuerpo a su amigo con tal de hacerle sentir una satisfacción, de ser su musa, pero no hubo nunca una secuencia de pasión entregada. Y tampoco la señora Paula se atrevió a realizar una reinvención de ella misma afrontando esa tentación, solo desistió y murió sin sentir más que rencor interminable, si bien al sentir una pasión prohibida aturdiendo su mente empezó a tolerar el desacato o lo diluyo cuando este se oculta  e hizo las paces con su hijo al final solo fue capaz de hacer eso.
En un principio pude sentirme atraído a la historia pero luego me resulto difícil de creer que tenga méritos de ser contada, ya que estas historias no se encuentran ni como algo trágico, ni aleccionador, solo en su sentido anecdotario podría sustentar su valía.
Sin embargo cuando en lugar de buscar elementos que satisfagan la insuficiencia que como lector me enfoco  en cómo es que yo reaccionaría ante situaciones similares donde  la influencia social mitiga los deseos pasionales y las propias inseguridades apabullan la toma de decisiones, entonces así quizás me he llevado conmigo después de leer la historia de estos personajes, un propósito de reformular mi comportamiento y no solapar mis conductas con pretextos importunos para sentir puedo pisar firme en un mundo que podría vislumbrarse como caminar en arenas movedizas.
Dicho esto, entre la abstinencia que mostró la señora Paula, el amorío sin detenciones de Luis Mario, la satisfacción natural de un instinto sexual de Kimberly, el conformismo sentimental de Germán, la deslealtad de Berenice, la intromisión de Pavel, la astucia e insistencia de Mauro, entre todas estas facetas de afrontar el sexo, el arte del cortejo y la empatía por las personas que giran alrededor del círculo donde crecemos de verdad, del amor, sin nuestros escudos, leyendo la intimidad de personajes realistas y comunes, que sin resolver de tajo ninguna trama solo se dedican a vivir como ellos entienden pueden vivir. Así  en esos agitados años 70s, existía una forma de desenvolverse en la sociedad, ahora a principios de la segunda década del nuevo siglo seguimos actuando igual, nadie puede decirse totalmente capaz de disfrutar las historias nunca escritas, que nos dejan atrás tristemente el pasado, cada decisión que no tomamos en cualquier punto de inflexión en nuestras vidas, siempre habrá, un dime qué hubiera ocurrido si...  


Estilo 8
Historia 6




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