El luto Humano — Jose Revueltas



De Jose Revueltas podemos decir muchas cosas, algunos lo tildarían de comunista, otros quizás ni sepan que él paso varias veces por aquellas cárceles nefastas en México donde guardaban a hombres incómodos para la clase política  Siempre quise leer alguna novela escrita por Revueltas, la primera que tengo oportunidad de hacer es El Luto Humano.Les puedo decir no me ha decepcionado.
Lo primero a destacar es como presenta a los personajes, el aire fúnebre que les asigna a cada uno. La muerte esta presente en todo momento, también la pobreza y la miseria humana. La vida de ese México olvidado, y del cual muy a mi pesar se que existe.
El punto de partida de la historia es la muerte de Chonita y esto desencadena una travesía de su padre quien debe buscar a un cura para darle la sepultura.
Los personajes son todos como los describe Revueltas: feos, pobres y miserables. Eso le admiro, es muy difícil alguien se anime a escribir alguna historia de esos mexicanos, los verdaderos mexicano, no aquellos que nos quieren meter a fuerza de estereotipos en la televisión y en los anuncios comerciales. 
Ambientada en el México rural un poco nos plantea además las repercusiones que tuvo para tantos pobres hombres y mujeres la guerra cristera, si esa guerra estúpida donde la iglesia y sus curas mando como carne de cañón a tantos indígenas con la promesa de alcanzar el cielo y la amenaza de  ir al infierno si no se levantaban en armas.
Del cómo escribe Revueltas en algunas partes puede decaer en su prosa y sin embargo  se levanta y nos da párrafos sublimes, lo que no le puedo criticar es su creación  las implicaciones morales, los personajes crudos, bastante reales que nos deja en esta obra, la segunda por lo que tengo entendido que hizo.
Es una lastima ya no existan este tipo de escritores o cuando menos no publiquen libros a esos escritores,quien sale de los estándares, y sin duda presenta historias de sangre, venganza y muerte.
Los libros que he leído semejantes a este son una ofensa a la genialidad que escribió José Revueltas, por ejemplo buscando algo similar me tope con el libro de Alejandro Paez Varela, El reino de las moscas, sin ser del todo malo, a mi juicio se queda muy corto de lo que supuse leería en su obra. Quedémonos entonces con Revueltas, intentare leer otras de sus obras, se los recomiendo ampliamente.
Por ultimo mi puntuación del libro. es de 8 en estilo y 10 en creación.

Estilo literario   8

Historia    10



Les dejo un pequeño fragmento de la novela




Subía por su cuerpo una manera de ausencia que lo iba perdiendo hacia lo definitivo. Había muerto ya en más de la mitad y pronto su corazón estéril iba a quedar fijo, oxidado, dentro de la muralla de piedra.
Recordó entonces los tiempos de la guerra, cuando el pueblo andaba en armas, lleno de odio.
Aquella vez en su iglesia había mucha gente, mujeres y campesinos, con la mirada sin apelación, cayendo como plomo.
—Quieren crucificar otra vez a Jesús —dijo el cura, y una sordera, una cosa fría e irremediable respondió a sus palabras.
He aquí las palabras que después se tornan sangre y fuego y llanto. Nacen, no son nada, apenas un pequeño, inconsciente esfuerzo pulmonar, pero cuando entran en el hombre se endurecen y cobran su tributo. Se fueron los hombres al monte y el cura se escondió para oficiar en secreto, por las noches.
Aquello era sucio y bajo. Los rostros habían perdido devoción  profundidad. Él los miraba, en aquellas casas donde decía la misa, cómo tenían un aire concupiscente y equívoco  Las viejas le besaban la mano otorgándole una dig­nidad ilegítima de jefe armado, de jefe sangriento, mientras los campesinos morían.
Alguien le contó la historia de un hombre: por la mañana lo habían tomado preso los federales. Era un campe­sino modesto que nadie conocía, descalzo, ni siquiera con huaraches. Tenía una humilde cobijita raída que no quiso abandonar. No dijo una palabra cuando lo aprehendieron los federales.
—Está bien, mis jefes . . . —musitó resignado cuando supo que lo iban a matar.
"¿Qué le vamos a hacer? —pensó—. ¡Ya me tocaría!"
Dobló su cobijita y se la puso al hombro. Le daba así un calor humilde y tierno. Era una cobijita sin cardar, de lana corriente, pero él la sentía como un abrigo infinito.
¿Qué podría hacer sin ella?
A veces dicen algo estos rostros de campesino, pobres y morenos. Dicen algo a pesar de la mirada 

Comentarios